Colchón DNA King
● 3 cm viscoelástica
● 29 cm +/- Altura
● Núcleo DNA 60 Kg + HR 28 Kg.
● Descanso Confortable.
● No articulable
● ENVÍO GRATUITO de 5 a 10 días laborales.




La última tecnología en colchones viscoelasticos reticulados
Pero debo explicaros cómo nació toda esta idea errónea de denunciar el placer y alabar el dolor y os daré un relato completo del sistema, y expondré las enseñanzas reales del gran explorador de la verdad, el maestro constructor de la felicidad humana. Nadie rechaza, disgusta o evita el placer en sí mismo, porque es placer, sino porque aquellos que no saben perseguir racionalmente el placer se encuentran con consecuencias extremadamente dolorosas. Tampoco hay nadie que ame o persiga o desee obtener el dolor por sí mismo, porque es dolor, sino porque ocasionalmente se dan circunstancias en las que el trabajo y el dolor le pueden procurar un gran placer. Por poner un ejemplo trivial, ¿quién de nosotros emprende alguna vez un ejercicio físico laborioso, excepto para obtener alguna ventaja de él? Pero, ¿quién tiene derecho a criticar a un hombre que elige disfrutar de un placer que no tiene consecuencias molestas, o a uno que evita un dolor que no produce ningún placer?
Por otra parte, denunciamos con justa indignación y disgusto a los hombres que están tan seducidos y desmoralizados por los encantos del placer del momento, tan cegados por el deseo, que no pueden prever el dolor y los problemas que están destinados a producirse; e igual culpa corresponde a los que fallan en su deber por la debilidad de la voluntad, que es lo mismo que decir por encogerse ante el trabajo y el dolor. Estos casos son perfectamente simples y fáciles de distinguir. En una hora libre, cuando nuestro poder de elección no tiene límites y cuando nada nos impide hacer lo que más nos gusta, todo placer es bienvenido y todo dolor evitado. Pero en ciertas circunstancias y debido a las exigencias del deber o de las obligaciones de los negocios, a menudo se da el caso de que los placeres deben ser repudiados y las molestias aceptadas. Por lo tanto, el sabio siempre se atiene en estos asuntos a este principio de selección: rechaza los placeres para obtener otros mayores, o bien soporta los dolores para evitar dolores peores.



